Tarek William Saab, que ahora mismo interviene en el Festival Mundial de Poesía de Venezuela, tiene más de una docena de poemarios
Al poeta y abogado Tarek William Saab, actual Defensor del Pueblo, importante y comprometido cargo público para el cual fue designado por la Asamblea Nacional hasta el año 2021, sus padres, emigrantes libaneses, le revelaron desde muy temprano que había nacido el 10 de septiembre en la población El Tigre, del estado Anzoátegui.
Pero él ahora no precisa cuando se hizo o se sintió poeta o la poesía lo descubrió y lo hizo suyo, aunque de lo que sí está seguro, y nos lo dijo, vehemente, que fue allá, en la Escuela Simón Bolívar de su pueblo natal, cuando se descubrió haciendo poemas y precisamente mientras escuchaba una aburrida clase física que le descendió la musa y escribió “Lluvia”, en uno de sus cuadernos escolares, pero no tuvo la precaución de guardalo. Y habría sido importante que lo mostrara ahora, precisamente cuando el XIII Festival Mundial de Poesía, que se realiza a lo ancho y largo de Venezuela, lo homenajea y lo exalta ante los bardos nacionales e internacionales que hacen posible tan singular evento. Habría sido su partida de nacimiente. “No era tan malo, tampoco era gran cosa”, reitera.
Destaca que su actividad pública como poeta comenzó a los 15 años al publicar unos cuantos versos en el diario Antorcha, de El Tigre, gracias a su padrino, el director Edmundo Barrios.
Cuando decidió estudiar una carrera universitaria se instaló en Mérida para aprehender filosofía y letras, pero pronto se dio cuenta que ahí no se iba a formar como poeta, sino como profesor, porque ya sabía que la poesía nacía de la vida vivida, de los sentimientos, de las emociones y del contacto con la gente. Ya era también un incipiente activista político, fungía como líder de los estudiantes y seguidor del Partido de la Revolución Venezolano, que para entones dirigía Douglas Bravo. La poesía y la política se le habían instalado y empezaba su periplo existencial en el cual no ha desfallecido a pesar de unos cuantos sobresaltos.
Durante los años 1983 y 1984 redactó su primer poemario, Los ríos de la ira, de 150 páginas, que recibió el prólogo del poeta Gustavo Pereira, con el cual concursó para el Premio Francisco Lazo Marti, donde fue primer finalista. A partir de su publicación le llovieron las invitaciones a recitales y las reseñas en periódicos y revistas. Había arrancado ahora su tránsito por la poesía y hacia 1992 con la publicacion de El hacha de los santos y Principe de lluvia y duelo, se gana un premio para acudir a un taller de poesia en Málaga con literatos de la talla de José Saramago, Abel Posse, Jorge Amado, Mario Benetti y otras figuras destacadas del verso y la prosa hispanoamericana.
Su actividad como poeta y activista por los derechos humanos no le dejaba tiempo para más actividades, pero logra graduarse como abogado en la Universidad Santa María (1990) e intenta sacar un post grado en la UCV. Viene la tormenta politica y fue hasta abogado del teniente coronel Hugo Chávez Frías, cuando lo recluyeron en Yare.
Su poesía se hace más compromtida por su vinculacion y abierto compromiso con los sectores sociales más desfavorecidos de Venezuela. Lo eligen para la Asamblea Nacional Constituyente y participa en la redacción de la Carta Magna de 1999. Fue gobernador del estado Anzoátegui durante ocho años, y ahora es Defensor del Pueblo.
Admite que su poesía estaba más vinculada a la lucha social, el amor o el erotismo, pero un viaje a Pakistan, en 2006, después de un cataclísmico terremoto, trastocó su motivacion. “Ahora trabajo el dolor y sufrimiento como redención del hombre para lograr una belleza interior superior. Occidente ve el sufrimiento cercano al desasosiego o al suicidio. Pienso que eso debe trascender hacia una victoria espiritual”.
La poesía de Tarek Wiliam Saab es universal, de solidaridad y amor con los pueblos heridos del mundo, en particular con los pueblos árabes, afirma el bardo Pausides Reyes en el prólogo de su más reciente publicación: Antologia mínima, la cual reúne una selección de poemas entre los años 1984 y 2007.
Rechaza las críticas que le hacen por su vinculación con el poder y admite que todo eso es efímero, no siempre ha estado en el poder. “Quienes han visto mi cultura política saben que no hago cosas que pudieran considerarse negativas o abusivas. Salvo la época de 2002, cuando hubo agresiones en mi contra y mi familia, he sido una persona dispuesta al diálogo. Ser poeta me ha hecho una bisagra para el entendimiento. Y he entregado otros siete poemarios, hermosamente publicados”.
La 13º edición del Festival Mundial de Poesía de Venezuela, que inició el domingo y se extenderá hasta el próximo 2 de julio, es una convocatoria en defensa de la paz y el amor, lo cual es fundamental para contrarrestar el odio y la violencia que pretenden implantar sectores políticos del país, señaló este el gobernador de Sucre, Luis Acuña.
El gobernador exhortó a los venezolanos a encontrar en las letras valores humanos y un espacio para reflexión.
Recordó que el amor fue uno de los motivos más importantes para que el comandante Hugo Chávez emprendiera la revolución bolivariana, por lo que enfatizó que es necesario seguir el norte de este sentimiento para consolidar la paz.
Por su parte, el poeta africano Koulsy Lamko envió un mensaje de fraternidad al pueblo venezolano. «Estamos para compartir palabras. Palabras que generan la paz, la identidad, que nos permiten seguir luchando», expresó Lamko.
La décima tercera edición del Festival Mundial de Poesía convoca a 48 poetas de los cinco continentes y a 130 de Venezuela. En todo el país, se realizarán más de 470 actividades en urbanismos de la Gran Misión Vivienda Venezuela, bases de misiones, comunas, plazas, parques y centros penitenciarios.
E.A. Moreno-Uribe