Industriales metalmecánicos, fabricantes, ensambladores y proveedores de Colombia y Brasil apoyan el proyecto, sobre la base de “experiencias importantes y exitosas como punto de partida”
Una campaña para el Desarrollo Humano y la Educación, dirigida en su primera fase a los operadores de la “Cadena de producción de Bienes y Servicios para el Transporte” en toda Latinoamérica”, está promoviendo la Unión Latinoamericana de Transportistas de la ALBA (Alianza Bolivartiana para los Pueblos de Nuestra América), organización cuya promoción se inició en Argentina en 2007, en el marco de una alianza entre la Confederación general del Trabajo (CGT) y la Asamblea Socialista de Trabajadores y trabajadoras del Transporte (ASNT) de Venezuela, tal como lo anuncia una nota de prensa enviada a la redacción de La Voz, por la ASNT-Venezuela.
“El Sistema Latinoamericano de Transporte terrestre y ferroviario”, dice la nota, “es un sueño de los transportistas que se origina, en primer lugar por los postulados de las alianzas entre los Gobiernos latinoamericanos, tales como Mercosur, Unasur, ALBA, Petrocaribe, etc. en relación con la integración y cooperación entre los pueblos, siendo el transporte de pasajeros y la Logística de carga, uno de los factores neurálgicos para el intercambio comercial, por una parte, y por la otra las múltiples necesidades que confrontan los transportistas que realizan sus trabajos especialmente en países limítrofes, donde el intercambio comercial es importante; “es absolutamente necesario, en consecuencia, que los conductores de unidades de transporte, posean preparación y una certificación que valga, de ser posible en toda Latinoamérica”.
Elevar niveles
de información
En otro orden de ideas y el verdadero “Alter Motiv” de la campaña, señala la ASNT, es el de elevar y homologar los niveles de información y de preparación profesional de los operadores y administradores de flota, en todas las modalidades y expresiones de transporte terrestre en esta primera etapa, en gran medida porque son tiempos en que la tecnología, es cada vez más sofisticada y exigente para conducir una unidad de transporte y en el caso de las organizaciones y empresas de transporte, la sistematización y altos niveles alcanzados tanto para la correcta operación de los equipos como la prevención de accidentes está muy avanzada y en general desconocemos sus alcances.
La propuesta, explica la nota, está dirigida a los integrantes de la “cadena de producción de bienes y Servicios de Transporte” porque sin la industria automotor, como parte de esta cadena y que produce las unidades de transporte es imposible el desarrollo del sector; “por cierto, cuentan los demás integrantes como proveedores concesionarios, repuestos, neumáticos, partes, etc.”, se agrega.
“A la fecha hemos convocado y recibido apoyo a la propuesta por parte de Limana C.A., Navistrans Colombia y por Brasil Agrale, Neobus y Marcopolo Volare. Se prevén contactos a futuro con la Cámara de Carroceros del Ecuador y los gremios de peones de taxis y choferes de Argentina, así como el Grupo Metropolitano de Transporte de México, un país donde existen un gran número de fabricantes y ensambladores de carrocerías y chasis”.
Educación-Trabajo
Félix Jaramillo, Canciller de la Unión y Vocero Nacional de la Asamblea Socialista de Trabajadores del Transporte de Venezuela, como vocero de la comisión que hasta la fecha ha visitado Colombia y Brasil, declaró en entrevista exclusiva para La Voz, que “no puede haber revolución del transporte que es lo que queremos, mientras no atendamos la estrecha relación de la Educación con el Trabajo y elevemos el nivel de formación de nuestros conductores, dentro y fuera de nuestros países”.
-La idea -dice Jaramillo-, trata de promover un encuentro, posiblemente para el mes de octubre en Ecuador, donde converjan las múltiples experiencias, publicas y privadas, de formación profesional para conductores que existen en Latinoamérica, de tal manera de que producto del debate y el intercambio de experiencias, se produzcan acuerdos para integrar un “Pensum General” que permita certificar a un conductor o administrador de flota, en términos que pueda desempeñarse en diferentes países o en el propio, por supuesto adecuándose a las normas locales pero con un conocimiento de primer nivel respecto a la unidad que conduce y por supuesto, aunado a elementos de trato con el pasajero, de corresponsabilidad social y conciencia de servicio, que logre colocar por encima de cualquier reivindicación, a manera de ejemplo, la movilidad de la gente y de la carga”.